Ya de vuelta...

¿Sabéis...?¡Aún vivo!

Vengo de vuelta ya, amigos… Llego, con vuestro permiso y, cual afluente de un río pequeñín a uno más grande, este que entre todos los blogueros engrandecemos y convertimos en muy navegable.

Parece que el hombre, como las aguas, crece dándose, entregándose, uniéndose a otros… Es decir, que nos comportamos como afluentes fluviales. Así es como nos expandimos: En el recibir y el dar. Mientras vivimos, nuestro destino "es el otro” es ahí donde nos encontramos; en los otros seres, en todos: Animales, plantas, ¿alienígenas…? ¡porqué no! (algunos marcianos son muy aparentes y encantadores) jeje

Y, lo que parece claro es que, aún, el personaje menos sociable y más egoísta (por ejemplo yo:) necesita entregarse de algún modo, aunque sea por este medio escrito… Si no nos entregamos, si no recibimos, no sé, supongo que como un charquito, acabamos menguándonos, secándonos y despareciendo de manera infeliz.

Así que vuelvo, un poco, por eso: A ser recibida y a recibir; a unirme o reunirme. Al encuentro de todos, una vez más, por este medio.



Sí, aún vivo jeje… Aunque la ausencia de un sitio parece hacernos desaparecer de la vida que, en ese sitio, acontece y fluye continuamente. Espero encontrar la brecha hacia vuestros cauces.

Sí, aún vivo… Lo sé porque puedo recordar; si estuviera muerta no recordaría nada. Aunque pensándolo mejor: Si no estuve muerta, no puedo saber si los muertos recuerdan algo o no.

Esto me recuerda un cuento:


"El emperador le preguntó al maestro Gudo:

¿Qué sucede a un hombre iluminado cuando muere?

¿Cómo he de saberlo?, respondió Gudo.

Porque eres un maestro. Responndió el emperador.

Sí señor, dijo Gudo, pero no uno muerto."

(Anónimo)